jueves, 25 de junio de 2015

La Horrenda sorpresa (II)

Lara, con fría y húmeda noche, siguió apartando las ramas de los árboles mientras desaparecía la droga que le había suministrado; intentando orientarse para llegar a un granero que sabía que había a los alrededores. Quiso avanzar, al no ver por la espesa niebla, sin darse cuenta tropezó cayéndose de inmediato al suelo produciéndole un estado de inconsciencia.
Él la volvió a "cazar", esta vez la llevó al granero en el todoterreno hasta el granero, Una vez allí, le colocó una pesada y gruesa cadena, utilizando una mesa con gruesos pinchos y puntiagudos bastante carcomida por las termitas para tumbarla con mucha fuerza para que se despertase y sintiese un fuerte dolor, permitiéndole gritar  ya que no la amordazó, le gustaba gritar a sus "presas"; sacó el espejo para que pudiese verse.

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