jueves, 11 de junio de 2015

Un hombre loco y amargado (final)

Se dirigió al pueblo de al lado, aparcó el coche poniéndose a disparar a todo el que se ponía por delante; cuando no tenía a nadie entró en los portales que estaban abiertos, subió las escaleras derribando las puertas; si comprobaba que no había nadie, continuaba, teniendo la mala suerte para él que no encontró a nadie y teniéndose que ir frustado. Como no había comido nada, se fue a comer, una vez que hubo comido cogió energías, continuó sus andanzas.
Después de repostar en una gasolinera, asesinó al empleado, largándose sin pagar, pisando a fondo el acelerador; pero no era necesario porque no había nadie. Prosiguió su camino, sin saber muy bien a donde; vio dos carteles uno a la derecha y otro a la izquierda; decidió que lo mejor sería el de la derecha, según conducía, observó que había una granja, se acercó, al no ver una puerta, saltó la valla, disparando a todo el que se le ponía por delante; incluido los animales. Se dirigió al granero, después de que entró en la casa, asesinó a sangre fría a la mujer que se disponía a preparar la comida.
Regresó al coche, lo intentó poner en marcha pero no funcionaba, se acercó al granero; al comprobar que el tractor aún tenía llaves puestas; lo arrancó y salió fuera.
En uno de los cruces, un tirador le disparó desde un helicóptero, pero el niño también mató al tirador y al piloto, estrellándose en un árbol.

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