miércoles, 14 de enero de 2015

El asesinato del ministro Andrés

El cielo se encapotó cuando casi estaba llegando a la redacción, en el preciso instante en el que iba a cerrar la puerta del coche, se acercó un vecino que me preguntó si era periodista. Mientras estaba charlando me asaltó un ladrón que daba la casualidad que era un adolescente.
Cuando llegué  a la redacción, el jefe de noticias me explicó que habían asesinado a un ministro en su chalet, en el salón, sentado en su sillón favorito que estaba cercano de un acristalamiento que da al jardín, el asesino que estaba encapuchado le disparó un solo tiro con un rifle en la cabeza.

- ¿Se sabe que edad tiene el encapuchado?
- Uno de sus guardaespaldas, que le vio salir intentó seguirle. Tuvo que llamar a la policía
-¿Que municipio lleva el caso?
-Pozuelo.
-De acuerdo, me voy ahora mismo.
Al rato de estar en la comisaría escuché que el comisario le dice al inspector, que se archivaba el caso, me fui decepcionado, pero meditando caí en la cuenta, que a los nueve o diez de la noche no habría vigilancia, pudiéndome colar sin ningún problema. Con esa determinación opté por darme una vuelta, regresando a las diez y media.
A las diez y media entré en la comisaría por la puerta del garaje, subí por la ascensor, entré en la sección de homicidios, giré el picaporte, abrí una carpeta, que ponía asesinato de un ministro Andrés. Hice copias y fotografié con el móvil las fotografías que había. En una de las fotografías estaba el ministro con el tiro. Cuando terminé, salí sigilosamente para no hacer ruido.
Fui a mi casa, empecé a escribir el artículo, como estaba muy cansado, me metí en la cama, durmiéndome en el acto.



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