miércoles, 21 de enero de 2015

Un asesinato en el puente de Segovia II

A las seis de la tarde Edurne regresó a su casa, su hija Clara de ocho años dejó de ver la tele para comunicarle horrorizada que al padre de su amiga Salomé, le habían asesinado, le habían tirado desde un puente, no se acordaba bien si era el puente de Segovia. La preguntó como se llamaba, respondiéndole que se llamaba Tomás, que nunca le dejaba entrar en su "despacho". Una vez lo hizo, encontrándose una cama; se le ocurrió tumbarse en la cama y una esposa se cerró en una de sus muñecas porque la otra falló. Se levantó asustada, cerré la puerta; al escuchar la puerta, me dirigí a la entrada para dar un beso a su padre.

Cuando sonó la sirena de que había terminado el recreo la profe de mates, se acercó para advertirnos de que si no subíamos inmediatamente a clase seríamos castigadas.

A las nueve de la mañana, la mendiga, regresó de nuevo, dijo que hoy había escuchado una conversación y era que tenía que asesinar a uno que vendía armas, creo que le llamaron el "Negro", porque había adquirido demasiado poder, no pagando la cuota del tráfico de armas, además se acercarían para recoger el cargamento que llegaría en una furgoneta y la entrega sería cerca del río Manzanares; sería a las diez de la noche para que la policía no lo interceptase.
Enseguida prepararon todo el efectivo para el día siguiente.
A las diez de la noche, los policías de incógnito, andaban con los perros, pero no observaron nada ni los que estaban en los que estaban en la furgoneta tampoco.
A las diez y media, llegó un coche y al cabo de diez minutos, la furgoneta. Iban a  sacar las armas cuando los policías, soltaron los perros y ellos salieron corriendo también. Todos fueron detenidos.

Esa misma noche, le llegó una carta avisándola de que acababa de comenzar el caso, porque la venta, solo era la base del iceberg. Nada más abrir la puerta, su hija le enseñó un diario que le había entregado su amiga; según ella, era  de una de las niñas que había estado en la cama

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