jueves, 15 de enero de 2015

Envidia

Estaban en ñas afueras próximas de un pueblo en la sierra, unos jardineros del rey, intentando poner una rosaleda, para que los altos dignatarios es decir, los reyes, la nobleza y el cardenal, tuvieran una sombra, ahora que se había secado la tarima que estaba hecha de ladrillos y los bancos de piedra, para que se sentasen, una vez inagurada la nueva iglesia del pueblo.
Un lobo que buscaba a su presa, estuvo merodeando por todo el pueblo, uno de los soldados, mató con la espada al lobo, enseguida una jauría de lobos, rodeó al soldado, matándole en el acto. Los lobos continuaron por el pueblo, cuando consiguieron su anhelada presa le hincaron el diente y todos los demás fueron detrás.
Por la noche, unos leñadores que no habían conseguido llegar al pueblo antes del anochecer, sin saber muy bien como, consiguieron llegar a una casa, que hasta hacía poco no había.

Por la mañana muy temprano, antes de que el gallo cantase, el rey, fue apuñalado en su cama. Los asaltantes que parecían lobos, salieron sigilosamente por uno de los pasadizos secretos que estaba escondido detrás de los tapices.
Una vez que los rayos del sol estaban muy altos, la iglesia, fue saqueada, robaron el cáliz que era de oro, la virgen, rompieron todo. Decidieron aprovechar y quemar el monasterio al que nunca habían entrado.

Pensaron que esperarían tres días para quemar a la iglesia, al Cardenal, reina, nobleza y la gente del pueblo, y los que se salvasen, los matarían al día siguiente, porque estaban cansados de que ellos tuvieran lo mejor.


A los tres días, antes de que el primer residente se levantase, se ocultaron detrás de unos árboles frondosos, esperando  la ocasión.

A las doce de la mañana, una vez que todo el mundo que pudo entrar estaba dentro y cerraron las puertas, quemaron la iglesia. Esperaron a que las llamas subiesen de intensidad. Cuando estuvieron en el punto álgido, mataron a todo el mundo, robaron sus casas, también el palacio, las cosas que se podían llevar y quemaron el palacio,  entonces se llevaron el botín.

Se dirigieron a su pueblo, pero cuatro soldados al verles con todo, les mataron a todos, quitándoles el botín, aunque había cosas  que no valían la pena.

Los soldados huyeron, dejando su puesto de vigilancia y comenzaron a robar.

Así fue como en toda la región se sucedió una masiva de robos y asesinatos, comenzando en un pueblo con mucha gente y continuando con los que no

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