lunes, 26 de enero de 2015

Un asesinato en el puente de Segovia VI

Nada más colgar se dirigieron hacia la dirección que le había dado por teléfono.

Al entrar a la tienda les atendió una chica de diecisiete años; preguntaron por el dueño; su padre se había ido  a comprar género nuevo. Le preguntaron si tenían un dependiente rumano; respondiendo sin ninguna vacilación que si, pero se acababa de despedir, hacía escasamente cinco minutos; también que hoy su padre no estaría, sino mañana por la tarde.
A las cinco de la tarde del día siguiente, hablaron con el dueño, les replicó que si, su empleado traficaba con droga. Les dio la dirección para que comunicase a su antiguo empleado, que informase a su "clientela" que aquí, ya no había venta de drogas.
Al llegar a la dirección, la vecina del primero, les dijo que no se molestasen en subir, ya que se había marchado. Les dio la dirección de donde residiría ahora.

Subieron las escaleras de la nueva dirección, comprobaron que el rumano yacía muerto y Tomas estaba vivo, sin ningún araño y perfectamente; al verles, se pegó un tiro en la sien muriendo en el acto

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