domingo, 25 de enero de 2015

Un Asesinato en el puente de Segovia V

Me dirigí a mi despacho para mirar los horarios de las clases donde estaban los gamberros.

Su compañera salió a los cinco minutos de que Edurne terminara de tomarle declaración a la madre, Anastasia le contó que el padre le había dicho que le intentó robar dinero, las llaves del coche y un frasco de perfume. Le pregunté si su esposa lo sabía respondió que no, ya que hacía una semana, le habían expulsado.

A las dos de la tarde se fueron a comer, Edurne con su amiga Salomé que hacía mucho tiempo que no la veía y su compañera Anastasia; curiosamente con su amiga y su amigo.

Estando en el restaurante, la amiga de Edurne fue al baño; la camarera se aproximó para darle una nota; en la nota traía un número de teléfono y por delante solo ponía ¡ayúdame! Su amiga se sentó y pedimos.

A las cuatro, llamó al teléfono fijo que le habían dado en la nota, le contestó la voz de un hombre rumano que tenía una tienda de muebles; le dije que era de la policía. Me respondió que me habían tomado el pelo, porque solo estaba él; si hubiera llamado a la policía se acordaría, con un cambio de voz más suave le despidió, se  disculpó diciendo que sentía mucho que le hubiera molestado en llamar, además ahora no le podía atender porque tenía un cliente esperándole.

Anastasia, al ver que su compañera colgaba, le contó que, cuando sus amigos se fueron, casi a la vez, porque el tiempo fue mínimo, al servicio, le entregó una nota la camarera en la que ponía por delante ¡ayúdame! y por detrás un número de teléfono. Edurne le respondió que a ella también le había sucedido lo mismo y que acababa de colgar al propietario de una tienda de muebles rumano. Parecía que cuando hablaba con ella no lo quería hacer, por el tono de su voz y por el cambio de la misma.

Mosqueadas, llamó Anastasia, sin decir que era de la policía, sino que si sabía donde podría encontrar una cama de mil novecientos, le respondió amablemente que conocía una tienda de antigüedades que le podrían hacer un buen descuento si iba parte de él que se llamaba Martín, del número 50; si quería comprar coca, que se pasase mañana a las diez que le traían genero nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario