viernes, 16 de enero de 2015

Todo volvió a su cauce

Un día vino un extranjero a Lagartera, eso creo al menos, también no me acuerdo muy bien si procedía de Macedonia, lo que sí se con toda certeza, era que buscaba teatro para poder estrenar su primera obra titulada La espada, una de intriga; además buscaba actores.
Comenzó la búsqueda en los teatros más caros, pero no permitían estrenar la obra; al ser extranjero, tampoco en los más baratos. Decidido a estrenar lo hizo en la calle, pero el alcalde le puso una multa, los actores se quejaron, ahorcándoles y al extranjero también.
Después de esta injusticia, la gente del pueblo se alzó en armas, incluido el ejército; la gente de los pueblos  de alrededor también les apoyaron. En  Francia apoyaron al rey y al alcalde, los ingleses apoyaron a los ciudadanos; comenzando una guerra,
Al final los ciudadanos salieron victoriosos,  primero por honrar a este macedonio estrenaron La espada, luego estrenaron obras españolas y las que no también.
Después de varios años, todo volvió a su cauce, es decir, cada uno viviendo en su país, pueblo o ciudad. La gente aprendió una sabia lección, nunca destroces sueños ni las ideas de los demás, porque todos los sueños e ideas son también muy sabias, aunque no lo parezcan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario